La ley dada por Dios a Noé antes y después del Diluvio
Noé era varón justo y agradable al Señor Gén. 6:8-9. Ahora bien, la misma Sagrada Escritura enseña que justo es todo aquel que practica la justicia de Dios Eze. 18:5, 1Jn. 3:7. Los principios de justicia que Dios enseñó a Noé, fueron para él una ley que Noé cumplió estrictamente y lo alejaron del pecado o de la injusticia. Por esa razón Dios lo califica como el varón más justo de su generación. Aunque en la Escritura no aparece de manera explícita cual fue la ley que Dios enseñó o reveló a Noé, podemos entender por otros escritos sagrados como el libro de Enoc, que Noé aprendió esta ley de justicia de su Padre Matusalén y de su Abuelo Enoc. Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre y entrégalo a las generaciones del mundo. Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos Eno. 82:1-2.
Dios califica a Enoc como un varón justo y como escribiente de justicia, entonces se supone que Noé tenía conocimiento de la justicia de Dios, porque Noé era nieto de Enoc, por esa razón él era un varón justo conforme a la justicia de Dios Sal. 37:30-31, es decir Noé practicaba los principios de justicia de Dios y por ese motivo fue que Dios le permitió entrar al arca con su familia Gén. 7:1 “Entonces Jehovah dijo a Noé: "Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he visto que tú eres justo delante de mí en esta generación”.
Dios también dio a Noé instrucciones o mandatos para construir un arca, porque iba a destruir a los pecadores de la tierra Gén. 6:13-21 y Noé fue obediente a todos sus mandatos Gén. 6:22. Esto quiere decir que Noé también se había ganado el calificativo de justo porque era obediente a sus mandatos. Al respecto Pablo enseña que la obediencia es justicia Efe 6:1.
El diluvio fue un juicio que puso fin a la dispensación anterior y dio inicio a un nuevo comienzo, o a una nueva dispensación. Dios dio nuevas instrucciones a Noé que fueron para él y sus hijos una nueva ley que sería revelada de manera progresiva. Gén. 9:3-6 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Más adelante vemos como Noé se embriaga de tal manera que se expone desnudo delante de sus hijos Gén. 9:21. No hay duda de que Dios reprende a Noé por este acto vergonzoso. Mientras Eva fue seducida a pecar a través de la serpiente, Noé fue seducido a pecar a través del vino. Este error se convierte en una enseñanza y en un mandamiento para sus hijos y para las siguientes generaciones Efe. 5:18. Pro. 23:31-32 No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor.
También vemos más adelante como uno de sus hijos ve la desnudez de Noé, razón por la cual Noé maldice a Canaán Gén. 9:22. En la dispensación pasada, la serpiente incita a Eva a pecar y Eva incita a Adán. Mientras que ahora es el vino lo que incita a Noé y su desnudez lo que lleva a pecar a Can. Todos estos acontecimientos, nos enseñan que nuevos errores iban generando nuevas enseñanzas que constituirían la ley de Dios para las siguientes generaciones.
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