La ley dada por Dios a Abraham antes y después del pacto
La ley que Dios enseñó a Abraham (Abram) en su juventud no era diferente a la enseñada por Dios a Noé, de hecho Abraham aprendió gran parte de las leyes de Dios a través de Noé y de sus hijos, pues Abraham vivió con Noé y su hijo Sem buena parte de su juventud, tal como lo señala el libro de Jasher en los siguientes textos.
Jasher 9:5-6 Y cuando Avram (Abraham) salió de la cueva, él fue a Noaj (Noé) y su hijo Shem, y él permaneció con ellos para aprender la instrucción de YAHWEH y sus sendas, y ningún hombre supo donde Avram estaba, y Avram sirvió a Noaj y su hijo Shem por largo tiempo. Y Avram estuvo en la casa de Noaj por 39 años, y Avram conoció a YAHWEH desde que tenía 3 años, y él caminó en las sendas de YAHWEH hasta el día de su muerte, como Noaj y su hijo Shem le habían enseñado.
Dios se agradó de Abraham por su obediencia cuando en diversas ocasiones le dio mandatos y promesas Gén. 12:1-4, por esa razón ya en el tiempo de su madurez, hizo un pacto con él para su bendición y también para bendición de su descendencia Gén. 15:18-21. Este pacto incluía nuevos mandamientos y preceptos que tenían que cumplir tanto Abraham como sus hijos, entre los cuales estaban el de la circuncisión de todo varón Gén. 17:9-14.
Aunque en la Sagrada Escritura no aparece explícitamente las leyes que Dios reveló y entregó a Abraham, si hace mención que Abraham guardó sus preceptos, mandamientos, estatutos y leyes que le había enseñado para que los cumpliera, y por haber guardado Abraham esas leyes, se hizo digno de que Dios cumpliera sus promesas en él Gén. 26:4-5, por tanto Abraham si tenía leyes que le fueron reveladas por Dios para él, su familia y su descendencia. Gén. 26:4-5 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
Cuando Dios le ordena a Abraham que fuera perfecto Gén. 17:1, implícitamente le estaba diciendo que le enseñaría sus caminos y sus leyes, pues la ley de Dios es la que nos señala el camino que debemos seguir Sal. 119:105, de manera que la perfección dependería de la obediencia a dichas leyes. El libro de los Salmos en Sal. 119:1 enseña que aquel que anda en el perfecto camino, es porque anda en la Ley de Dios. Por otro lado, Pedro el apóstol hace referencia a este camino, como el camino de la justicia 2Pe. 2:21. Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto Gén. 17:1.
Abraham estaba obligado a guardar las leyes que Dios le había enseñado, pero también estaba obligado a enseñar a su descendencia todas las leyes que le fueron dadas, para que Dios pudiera cumplir sus promesas en él y en todos ellos Gén. 18:19, 26:4-5. “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” Gén. 18:19.
Dios enseñó a Abraham que la transgresión a sus leyes conllevaba a duros juicios o castigos como la muerte, la esterilidad o la destrucción. Abraham entendió que el adulterio conllevaba a la esterilidad y la muerte por lo ocurrido con el rey Abimelec como se señala en Gén. 20:2-7, Gén. 20:17-18. Abraham también entendió que Dios era un juez temible que castigaba la maldad de los pueblos, por lo ocurrido con Sodoma y Gomorra Gén. 19:24-25, juicio en el cual él mismo participó como intercesor Gén. 18:23-32. Gén. 19:27 “Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová. Gén. 19:28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.”
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