Oración Final de Ministración.
Padre Eterno, gracias te doy por las enseñanzas que me estás permitiendo recibir a través de tus siervos del Tabernáculo de la Nueva Jerusalén. Te ruego que me permitas entender a la luz de tu palabra, el contenido de estas enseñanzas. Enséñame cómo ser tu siervo, para que sea yo digno de ser llamado tu hijo Jua 14:21. Enséñame cuál es tu voluntad agradable y perfecta para mi generación Rom 12:2, para mi familia y para mi vida, y dame un corazón dispuesto para obedecerla, pues no quiero que me veas como a un extraño, sino como a uno de tu pueblo santo Jer 24:7.
Padre Santo, te ruego que desarrolles en mí todas las virtudes y atributos de un siervo de tu pueblo: enséñame tus mandamientos para que al obedecerlos pueda ser uno de tus siervos que te ama Deut 7:9, Jua 14:21. Dame un corazón humilde y fiel, para que no me rebele a tu palabra. Te ruego que aumentes cada día tu temor en mi corazón, para que así me aleje cada vez más del pecado, y de todo aquello que aborreces Prov 16:6. Te ruego me permitas entender tu pacto, porque sé por tu palabra que solo lo das a conocer a tus siervos que te temen Sal 25:14. Quiero entender tu pacto, para que yo pueda también entender cuáles son las condiciones de tu pacto, no solo para aceptarlas, sino para cumplirlas, para que así yo pueda ser uno más de tu pueblo santo Heb 8:10, que vas a guardar en este tiempo 1Sa 2:9, Sal 97:10.
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